La Tabula Peutingeriana, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 2007, es un documento único de la historia de la cartografía. El ejemplar que ha llegado hasta nosotros es una representación del conocimiento geográfico datada en torno al 1200 d.C., cuya última reelaboración en la Antigüedad se situaría en torno al 435. Dado que es el único mapa en formato grande que nos ha llegado de época antigua, se comprenderá cuán esencial es su análisis para la compresión de la concepción espacial de la Antigüedad. Ya de por sí resulta singular el llamativo formato de este rollo de pergamino: con una longitud de apenas 6,80 m y una altura de solo 33 cm, la Tabula presenta la Ecumene desde Iberia (el inicio por desgracia no se han conservado) hasta la India en una deformación extrema. Tenemos aquí una antigua línea de tradicional de mapas no hechos a escala que permite la accesibilidad al conocimiento geográfico para un amplio sector del público perteneciente a la clase superior romana y que desde hace 250 años ha conocido renovadas discusiones científicas.
El proyecto DFG “Comentario a la Tabula Peutingeriana” aborda estos debates de la investigación y se centra sobre todo en los siguientes aspectos: su datación temporal y las fases de creación, relaciones con otros trabajos cartográficos, así como fuentes geográficas y literarias, diseño, exactitud geográfica, aprovechamiento, finalidad y público, así como la cantidad de modificaciones medievales y los posibles errores de los copistas.
La forma de abordar el comentario y valoración de los aproximadamente 3500 topónimos seleccionados es innovadora en muchos sentidos, tomando en consideración las teorías que circulan sobre datación, fuentes y finalidad. Se asume un temprano fundamento helenístico de la TP, de la que pueden extraerse consecuencias para la historia de la cartografía antigua en su totalidad desde nuevas consideraciones, dado que la Tabula ya no habría que contemplarla solo como resultado de la cartografía grecorromana, sino probablemente un producto temprano dentro de su desarrollo histórico. Además habría que tener primero en cuenta las fases de sus diferentes reelaboraciones en lugar de una única datación fija. La TP debe ser entonces interpretada como una obra en continua ejecución, cuya finalidad posiblemente cambiaba con los diferentes trasfondos históricos y culturales. A partir de modernas teorías sobre representación espacial la TP debe entenderse como un documento cultural que atestigua cómo las personas han usado este forma especial de representar un espacio que es geográfico pero también social, político y religioso a lo largo del tiempo. Su interpretación como repositorio de conocimiento y medio trasmisor de la memoria permite extraer consideraciones sobre métodos, opciones y límites acerca de cómo se gesta y cómo se trasmite el conocimiento en general.
La elaboración de un comentario es en muchos aspectos un trabajo pionero que se ha encontrado ante algunas dificultades: especialmente para el África occidental existen hasta ahora solo pocos trabajos dispersos. A menudo también ocurre que para el caso de regiones orientales del imperio romano que solo se ha podido recurrir a algunos trabajos puntuales de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX y no a amplias obras de referencias.